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Conocer el abecedario es el primer gran paso para, más
adelante, aprender a leer y escribir. De esta manera los niños también
podrán comunicarse mejor con quienes les rodean, ya sea para transmitir sus
ideas o para comprender lo que piensan los demás. Además, en la misma medida en
que empiezan a relacionar los sonidos con la grafía de cada vocal o consonante
van conociendo su lengua materna y ampliando su vocabulario.
Sin embargo, muchos padres no saben que aprender el
abecedario también repercute de forma positiva en el desarrollo cerebral
infantil. El simple hecho de aprender a articular los sonidos de las
letras estimula la conexión entre las neuronas en diversas zonas del cerebro
como el área de Wernicke y el área de Broca, ambas involucradas en el
desarrollo del lenguaje. Asimismo, favorece la representación mental de
conceptos abstractos, a la vez que consolida el pensamiento lógico.
Por eso, el abecedario es una de las primeras lecciones que
los niños aprenden en el colegio, aunque no es necesario esperar hasta ese
momento para enseñarle las primeras nociones. Desde que el pequeño empieza a hablar
con cierta fluidez, entre los dos años y tres años, ya está preparado para que
le enseñes algunas letras del abecedario.
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